Reflexión sobre convivencia

¿Qué es lo primero que les pasa por la cabeza cuando le mencionan "manual de convivencia"?

Seguramente normas, sanciones, personas cuadriculadas molestando por lo que consideramos detalles menores; de allí que un alto porcentaje de los residentes de los conjuntos no lean el manual.  Es por esto que hoy los invitamos a leer la siguiente reflexión sobre convivencia y sus bases, con alta expectativa de sensibilizarlos y lograr una apertura de sus mentes para apropiarse del manual de convivencia de Gallery Lagartos:

Tomarte a tus semejantes en serio es ser capaz de ponerte en su lugar para aceptar prácticamente que son tan reales como tú mismo, no significa que siempre debas darles la razón en lo que reclaman o en lo que hacen. Ni tampoco que, como le tienes por tan real como tú mismo, debas, comportarte como si fuesen idénticos. El escritor inglés Bernard Shaw con su humor negro solía decir: « No siempre hagas a los demás lo que desees que te hagan a ti: ellos pueden tener gustos diferentes.»

Los seres humanos podemos inventar y elegir en parte nuestra forma de vida. Podemos optar por lo que nos parece bueno, es decir, conveniente, frente a lo que nos parece malo e inconveniente. Cuando vamos a hacer algo, lo hacemos porque preferimos hacer eso a hacer otra cosa, o porque preferimos hacerlo a no hacerlo. ¿Resulta entonces que hacemos siempre lo que queremos? ¿Lo que nos venga en gana? ¿Qué somos libres de hacer y deshacer?
Hombre, no tanto. Lo que digo es que hay cosas que dependen de mi voluntad (y eso es ser libre) pero no todo depende de mi voluntad, porque en mi entorno hay otras muchas voluntades y otras muchas necesidades que no controlo a mi gusto. De modo que parece prudente fijarnos bien en lo que hacemos y procurar adquirir un cierto saber vivir que nos permita acertar más.
Yo supongo que si te pregunto cuándo te sientes más libre, al cumplir órdenes, al seguir la costumbre o al hacer tu capricho, me dirás que eres más libre al hacer tu capricho, porque es una cosa más tuya y que no depende de nadie más que de ti. Claro que vete a saber: a lo mejor también el llamado capricho te apetece porque se lo imitas a alguien o por ganas de llevar la contraria, unas ganas que no se te hubieran despertado a ti solo sin el mandato previo que desobedeces...
Y es que seamos honestos, la mayoría de las cosas las hacemos porque nos las mandan (los padres cuando se es joven, los superiores o las leyes cuando se es adulto), porque se acostumbra a hacerlas así (a veces la rutina nos la imponen los demás con su ejemplo y su presión -miedo al ridículo, censura, chismorreo, deseo de aceptación en el grupo...y otras veces nos la creamos nosotros mismos), porque son un medio para conseguir lo que queremos o sencillamente porque nos da la ventolera o el capricho de hacerlas así, sin más ni más.
Ya ves que ni órdenes, ni costumbres ni caprichos bastan para guiarnos en esto de la convivencia. Ponte a pensar en que no hubiese un claro reglamento que nos guiara a ser personas buenas y a funcionar siempre como tal, ¿cómo nos las arreglaríamos? No creen que sería un poco idiota que yo llevara la contraria a todas las órdenes que me dan y a todas las costumbres que me rodean,  porque resultará que tarde o temprano esto evidenciaría mi incompetencia social y mi falta de sentido común. Y la razón es simple, porque cada uno de mis actos me va construyendo, me va inventando, me va definiendo como miembro de mi comunidad. Y si de pronto dices, es que me vale lo que los demás piensen de mí. ¿No sería mucho más fácil que a base de práctica (o de obligación), cada uno vaya desarrollando el buen gusto por las buenas costumbres?  Y pensar que si obro bien cada vez me será más difícil obrar mal (y al revés, por desgracia), por eso lo ideal es ir cogiendo el vicio... de vivir y dejar vivir bien.
Adaptación de “Ética para Amador”, Fernando Savater. 

La anterior reflexión estará disponible en la parte inicial de nuestro manual de convivencia con el único fin de introducir amablemente al lector en un mundo llamado Conjunto Gallery Lagartos, de tal manera que encuentre allí las guías de convivencia necesarias para ser parte importante de dicho mundo, ya sea como propietario, arrendatario, trabajador o visitante. Si nos remitimos al marco legal colombiano, el manual de convivencia se rige por la Ley 1801 de 2016, Código Nacional de Policía y Convivencia para vivir en paz.

Objetivo del manual de convivencia: Véanlo como una herramienta que tienen ustedes y quienes los representan (concejo, comité convivencia) para:
  • Propiciar la sana convivencia, armonía y respeto por los derechos y deberes de todos quienes interactúan en el mundo Conjunto Gallery Lagartos.
  • Propender por la seguridad, progreso, bienestar y convivencia para obtener un desarrollo armónico de sus actividades sociales.
  • Exigir el sometimiento de las normas sobre deberes y prohibiciones establecidas.
  • Solicitar la intervención del gobierno, la empresa privada y oficial para obtener su apoyo o ayuda en el mejoramiento de las condiciones de seguridad, culturales, recreativas, ambientales, sanitarias, sociales y en general todas aquellas actividades que representen progreso, bienestar espiritual y material de la comunidad.
Chisme, chisme: ¿Quieren saber cuántos visitantes tenemos en nuestro blog? Entonces no se pierdan nuestra siguiente publicación, recuerden que hoy es Viernes de Gallery.





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